El camino de la diferencia

¿Y qué hago yo con estas figuritas?, con la ilusión que me hacían a mí unos auriculares...sniff sniff

Muchas veces me he preguntado, qué fue lo que ocurrió en mi infancia-pubertad, para que se desarrollase mi gusto pasión por la música electrónica. Es sabido que el cerebro en esta edad es fácilmente moldeable e impresionable (que se lo pregunten a algunos gobernantes que se afanan en adoctrinar niños) y está demostrado que gran parte de nuestra personalidad se forja durante esta edad. Con frecuencia, he indagado en mis recuerdos para encontrar una respuesta y mi esfuerzo se ha visto recompensado en un par de ocasiones. Hoy voy a atreverme a contarte una de ellas: la actuación de Herbie Hancock en los premios Grammy de 1983. En un mundo competitivo como el que nosotros mismos nos empeñamos en construir día a día, para un pequeño ternasco, encontrar lo que le diferencia del resto del rebaño es bueno, agradable y hasta necesario.

Que Herbie Hancock es un genio, nadie lo discute... Ehhhh, ¿que nadie lo discute? Vaya, pues parece que me equivoco. Basta indagar un poco, para descubrir que se trata de una de las figuras que más controversia genera dentro del jazz contemporáneo. La razón es su manía por mezclar permanentemente el jazz con otros géneros, lo que le ha convertido en un maldito entre los más puristas en esto del jazz y en admirado por otros (me refiero a los no puristas). En definitiva, su búsqueda de la diferencia, le ha granjeado simpatías y desdenes casi a partes iguales. Como la vida misma, ¿no crees?

Pero... espera, espera, espera ¿Que no conoces a Herbie Hancock? Mmmmeeeeecccc, punto negativo (contundente y sonoro). Vale que no sea un tío de grandiosos éxitos masivos, pero tiene algunas canciones que seguro que te suenan. Cantaloupe Island o Watermelon Man, atesoran en su interior una de las grandes virtudes que una canción puede ofrecer: buennnnn rollo (good vibrations que dirían los Beach Boys).

Pero el tema del que te quiero hablar no es ninguno de los anteriores. Se trata de otro bien distinto, uno, en el que al amigo Herbie se le fue la mano buscando la fusión. ¿Cómo describir este tema? Es algo así, como si los maestros, Kraftwerk (ejem, no volveré a repetirlo, Kraftwerk son los ma-es-tros), se hubiesen ido a pasar unas vacaciones a un suburbio neoyorkino, se hubiesen quitado esos trajes abigarrados que lucen en sus discos y se hubiesen enfundado una camiseta y unos pantalones anchos junto a una gorra girada del revés y unos ostentosos colgantes plateados. El resultado no está nada mal para un compositor de jazz, aunque hay que tener en cuenta dos factores determinantes: por una parte la participación en la autoría del tema de Bill Laswell, mago minusvalorado de la electrónica y por otra parte, el hecho de incluir, por primera vez al menos con éxito comercial técnicas de scratching, esto último a cargo del genial y éste sí que reconocido por sus sucesores, Grand Mixer DXT. Todo un himno tristemente caído en el olvido por efecto del tiempo. Es lo que a veces tiene elegir el camino de la diferencia: la indiferencia.

Si eres capaz de ver el vídeo hasta el final, cosa que te recomiendo encarecidamente, serás recompensado con la aparición de algún que otro personaje aplaudiendo con entusiasmo, que puede que te sorprenda.

Por último comentar que consiguió 4 de los 7 grammy a los que fue nominado. Totalmente merecido, como merecido és que de vez en cuando, alguien rememore este momento estelar de la historia de la música. Rock it Herbie!!!!!




Comentarios

  1. Jamás habría relacionado esa canción con el jazz!! Fíjate que la estaba escuchando y pensaba que me gusta mucho más el rollo de Cantaloupe Island y Watermelon Man pero de repente los que pensaba que eran muñecos se han levantado de la cama y han empezado con esa coreografía y en ese punto me ha molado la canción!

    PD: Juassssssssss Julio Iglesias y Michael Jackson!!! O_O

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