5 discos de los años 90 que te harán danzar



Federico era un niño alegre y jovial. Le gustaba disfrutar de las cosas bellas de la vida. Correteaba y saltaba cual cervatillo inconscientemente feliz. Pero de repende un día, le salió bigote y le dio por hacerse preguntas sesudas, como por lo trascendente de la vida y todos empezaron a conocerle como Friedrich y para más datos Nietzsche. A pesar de ser un tío de pocos amigos porque sus conversaciones eran entre insoportables y plomazo, de vez en cuando recordaba que una vez había sido un niño que disfrutaba de la vida y en esos momentos de lucidez vital, soltaba frases como perlas sueltan las ostras. Ese era el momento en que gente que le daba la espalda, de repente le miraba y se admiraba por su ingenio. Entre ellos me encuentro yo. Es que tiene algunas frases que son para enmarcar. Ahí va una de ellas: "Deberíamos considerar días perdidos los que no hayamos bailado al menos una vez". Ahí queda eso... Bailemos hoy. Al menos una vez. Al menos de arquitectura.

Teniendo esta premisa en mente, me puse a pensar en música que hace bailar. Como además esto me parecía muy fácil, porque a mi me hace bailar hasta "Paquito el chocolatero", pensé en discos de la década de los 90 que me hicieran bailar y si encima no eran considerados como grandes éxitos comerciales mejor, no en vano siempre trato de huir de lo mainstream, aunque como alguna vez he dicho, esto me haga caer en incoherencias.


1. "Six wheels on my wagon" (1993). Fluke. 



Es una de mis últimas adquisiciones en mi colección de vinilos. Una belleza en forma de triple vinilo que viste mi colección, como unos Manolo Blahnick en los pies de una hooligan de zapatos elegantes. No deja de sorprenderme cada vez que lo escucho, como si fuera la primera vez que lo hiciera ¡Es del año 1993! Y sin embargo suena terriblemente moderno. Es más, me atrevería a decir que suena descaradamente atemporal. Bien es cierto que años más tarde, este sonido contagió a otros grupos como Orbital o Chemical Brothers y es por ello que hay que reconocerle un valor adicional a este disco. Curiosamente también se produjo el proceso inverso y Fluke se contagió de los sonidos con tintes eléctricos de grupos como Chemical Brothers, lo que les reportó sus mayores cotas de éxito. Las pulsiones de fluido techno progresivo en estado puro, fluyen y evolucionan en cada momento lo suficiente como para mantener la atención de quien lo escucha derivando desde la mitad del disco hacia momentos más techno-pop y ambientales, consiguiendo que en el viaje no se pierda ni un ápice de interés. "Groovy feeling" o "Love letters" son probablemente las canciones que mejor podrán sacarte del letargo de un mal día, arrancando tus pies del suelo en espasmódicos movimientos acompasados.




2. "Zebra" (1994). Yello.




Nos encontramos sin duda ante uno de los grupos más rompedores en la música popular del siglo pasado. Desde luego no tienen un sonido al uso, como tampoco es habitual encontrarse con músicos electrónicos suizos en activo desde los años 70. Han sabido navegar con maestría por las procelosas aguas de los sonidos experimentales pero con la suficiente habilidad como para fusionarlo con una vertiente más comercial, lo que ha logrado mantenerles como grupo de culto, pero sin dar la espalda a un buen puñado de éxitos comerciales. En este disco nos encontramos una elegante fusión de techno, synthpop y raíces étnicas y por encima de todo, una ración generosa de swing. Si no sabes a qué me refiero deberías escuchar "How How" o "Tremendous pain".




3. "Sabresonic" (1993). The Sabres of Paradise.



La mente de Andrew Weatherall, la cabeza pensante tras de The Sabres of Paradise, no es como la del común de los mortales. Es incluso posible que la portada sea una metáfora de su propia cabeza, atravesada por el sable de la genialidad. Desde luego algo de esto debe ocurrir, cuando ha concebido discos de los más variopinto a lo largo de su extraña carrera, pero siempre con una dosis más que generosa de brillantez y capacidad de sorpresa. Cada canción de este disco es una aventura con un sonido único. Es un viaje por melodías y ritmos hipnóticos que en ningún momento caen en la previsibilidad. Desde los sonidos más orientados al baile, como "Still fighting" o "Inter-lergen-te-ko" que lo hacen merecedor de figurar en esta humilde lista, a los paisajes más ambientales profundos y sorprendentes: "Smokebelch II" y "Clock Factory" son tan delicadas y sensibles como pocas canciones han logrado en la historia de la música popular. 





4. "Leftism" (1995). Leftfield.



De todos los discos que te propongo, posiblemente este es el que más éxito ha cosechado y probablemente es el más aclamado por la implacable crítica que gusta de degustar y destrozar discos de música electrónica. En este su primer larga duración, podrás bailar diversos ritmos, desde el dub de "Original" o "Release the pressure", hasta el techno, pasando por el electropunk de "Open up", joya de la música de los años 90, donde el extravagante John Lydon, lider de los fugaces y eternos Sex Pistols, presta su voz siempre particular e irreverente. Escucha cada detalle con unos auriculares, degusta la producción en unos buenos altavoces, déjate llevar, baila.




5. "Axis Mutatis" (1995). The Shamen.




Disco tan exótico como lo és su propia portada y sin duda oscurecido por otros de mayor éxito comercial de los mismos autores como "En-tact" o sobre todo el sobrevalorado "Boss drum". Nos encontramos ante un viaje lleno de ambientes evocadores e intrigantes y sobre todo de tortuosos caminos lisérgicos, ya sea en forma de temas dance llenos de optimismo como "Destination Eschaton" hasta otros más moderado como "MK2A" o "Heal (The Separation)". El trabajo está jalonado de paisajes más ambientales que consiguen su objetivo de transportarte por paisajes lejanos y no utilizando precisamente sonidos habituales en el género.



Este post trata de ser una invitación a que no nos quedemos con los sonidos habituales y que se empeñan en que lo interioricemos a través de la repetición, a través de todas las herramientas de las que dispone la hoy disminuida industria musical; posición, que las diversas plataformas de streaming están consiguiendo que remonten en su capacidad de influencia. Hoy tenemos una gran herramienta para conseguir lo que realmente nos gusta, Internet. Antes la forma de conseguir este conocimiento, era el boca a boca o radios piratas. No era fácil acceder a canales alternativos para música alternativa. Busca, investiga y disfruta.

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