El primer sintetizador de la historia: el telégrafo armónico de Elisha Gray






Intrahistoria. Intrahistoria es una de esas palabras que simplemente con solo pensar en pronunciarlas te transporta a otro tiempo. El término fue acuñado por el escritor y filósofo bilbaino Miguel de Unamuno y hace referencia al conjunto de hechos que sirven como decorado de fondo a los acontecimientos principales de la historia. Algo tan cruel... como necesario. "The winner takes it all, the loser standing small" que diría Abba. Hay personas que intentando llegar a ese deseado primer plano fracasan y se quedan en la bruma de la intrahistoria, perjudicados por un último codazo de un contricante o por un cordón desatado de la zapatilla en el sprint final.

Elisha Gray, (2 de agosto de 1835 - 21 de enero de 1901), pasó sus primeros años en su Ohio natal y dedicó sus estudios y trabajos al conocimiento de la electricidad, obteniendo como consecuencia una cosecha de más de 70 inventos. En estas estaba nuestro protagonista, cuando en 1876 fue a patentar lo que consideraba su invención mas preciada: el teléfono. Accidentado propóstico. Dos horas antes, Alexander Graham Bell presentó una patente similiar en otra ciudad. Después de dos años de litigio, Alexander se salió con la suya y se le atribuyó la invención del teléfono. Pero ahí no acaba este embrollo. Años después, la invención fue atribuida al italiano Antonio Meucci.


Pero si por algo es necesario hablar de Elisha en esta sala de baile, no es por estos chascarrillos de la historia, sino porque se le puede considerar el creador del primer sintetizador de música eléctrico: el telégrafo musical o el telégrafo armónico.

Gray descubrió que podía controlar el sonido de una onda electromagnética mediante su vibración, descubriendo así un oscilador simple. Cada oscilador, respondía a la pulsación de una tecla de un teclado, consiguiendo un instrumento polifónico capaz de generar varios sonidos de manera simultánea. El número de osciladores incluido, permitía que se colocaran dos octavas, quedando un instrumento fácilmente transportable. Al parecer su intención era posibilitar la transmisión multiplex sobre la línea telegráfica, es decir, que varios mensajes pudieran ser enviados simultánemante, diferenciándolos por el tono en el que se generaban y realizándose en destino una decodificación.

El resultado fue de lo más llamativo en su época: la pulsación de las teclas generaba sonidos que se reproducían en un altavoz situado a varios metros. Elisha se enfrentó con éxito a diversos problemas a los que terminó encontrando solución, como la vibración de las teclas inactivas que por simpatía producían sonidos indeseados, que atajó mediante la instalación de topes mecánicos.

El 29 de diciembre de 1874, hizo la primera demostración de este instrumento en la Iglesia Presbiteriana de Highland Park, en Illinois (Estados Unidos), en lo que la prensa local tituló "Melodías familiares a través de un cable telegráfico" y en lo que podemos fijar como la primera actuación en directo utilizando instrumentos electrónicos. No olvidemos que todavía quedan 40 años para que los futuristas publiquen su manifiesto influenciados sin duda, por los escarceos con las nuevas formas de generar sonidos de estos pioneros a medio camino entre la magia y la música.



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