Elisha Gray, (2 de agosto de 1835 - 21 de enero de 1901), pasó sus primeros años en su Ohio natal y dedicó sus estudios y trabajos al conocimiento de la electricidad, obteniendo como consecuencia una cosecha de más de 70 inventos. En estas estaba nuestro protagonista, cuando en 1876 fue a patentar lo que consideraba su invención mas preciada: el teléfono. Accidentado propóstico. Dos horas antes, Alexander Graham Bell presentó una patente similiar en otra ciudad. Después de dos años de litigio, Alexander se salió con la suya y se le atribuyó la invención del teléfono. Pero ahí no acaba este embrollo. Años después, la invención fue atribuida al italiano Antonio Meucci.
Pero si por algo es necesario hablar de Elisha en esta sala de baile, no es por estos chascarrillos de la historia, sino porque se le puede considerar el creador del primer sintetizador de música eléctrico: el telégrafo musical o el telégrafo armónico.
Gray descubrió que podía controlar el sonido de una onda electromagnética mediante su vibración, descubriendo así un oscilador simple. Cada oscilador, respondía a la pulsación de una tecla de un teclado, consiguiendo un instrumento polifónico capaz de generar varios sonidos de manera simultánea. El número de osciladores incluido, permitía que se colocaran dos octavas, quedando un instrumento fácilmente transportable. Al parecer su intención era posibilitar la transmisión multiplex sobre la línea telegráfica, es decir, que varios mensajes pudieran ser enviados simultánemante, diferenciándolos por el tono en el que se generaban y realizándose en destino una decodificación.
El resultado fue de lo más llamativo en su época: la pulsación de las teclas generaba sonidos que se reproducían en un altavoz situado a varios metros. Elisha se enfrentó con éxito a diversos problemas a los que terminó encontrando solución, como la vibración de las teclas inactivas que por simpatía producían sonidos indeseados, que atajó mediante la instalación de topes mecánicos.
Comentarios
Publicar un comentario